Es posible que otro de los mitos más extendidos de la madrastridad sea «Tienes que quererlos como si fuesen tuyos».
Pero la realidad de la madrastridad es (de lejos) mucho más compleja que poner toda la voluntad en querer a los hijos de mi pareja.
De hecho, la madrastridad no es lo que la mayoría piensa.
No es ser madre
Siento romper la mágia de muchas mentes incautas.
La madrastridad no es ser madre. La madrastridad es eso, ser madrastra.
Madre ya tienen una, viva o no. Pero la tienen. Y la posición de madrastra en la familia es otra. La que nosotras tratamos de configurar día a día en nuestra rutina familiar.
A veces es parecida a maternar y otras no.
A veces es intimidad y confianza.
Y a veces no.
No es un «si quieres, puedes»
No somos superwoman.
A veces queremos encajar y no podemos.
A veces queremos querer y no podemos.
A veces queremos no sentirnos así y… estamos aprendiendo.
Las relaciones personales son bidireccionales y para que funcionen dependen de la voluntad de todas las personas implicadas.
Por más que yo quiera, si la persona que tengo delante no está abierta a recibirme, no hay nada que hacer.
Y no poder también está bien.
No es ceder en todo
Tenemos tantas ganas de encajar que ponemos toda la carne en el asador.
Cogemos todos los tópicos e intentamos romperlos a la vez.
Y hacemos lo mismo con los mandatos de género: La súper woman, la mejor cuidadora, la mejor amante, la mejor compañera, la mejor en todo.
Y no, ser madrastra no es ceder en todo para que todos se sientan a gusto menos yo.
No es desatenderse
No eres egoísta por decir no. Ni por sentir que no puedes. Ni por intentar gestionar las emociones complicadas.
La madrastridad debe ser libre de juicios, que bastante pesada es ya por sí misma.
Escucharnos y valorarnos es parte del camino hasta encontrar nuestro lugar.
Porque si dejamos de atendernos es cuando la capa de invisibilidad se cierne sobre nosotras y empieza la verdadera odisea madrastril: «Nadie me ve ni me escucha».
No es «el amor todo lo puede»
Creo que esta es una de las mentiras que más nos han intentado colar a lo largo de nuestra vida.
No, el amor no lo puede todo.
El amor requiere trabajo, requiere comunicación y sobre todo, requiere compromisos, pactos y constancia.
Si nada de esto ocurre, va a dar igual cuánto amemos. Porque el amor de no usarlo, también se gasta.
Y en la madrastridad a veces se nos olvida que la prioridad es la pareja.
No es lo que te cuenta Disney
Las madrastras somos personas de carne y hueso que llegamos a una familia movidas por el amor, llenas de miedo y de inseguridades. Con unas ganas tremendas de aportar y de sentirnos valoradas y validadas.
Las madrastras de disney nos hacen daño y no nos representan. No envenenamos manzanas pese a que a veces no podamos más. No enviamos niños al bosque pese a que a veces la convivencia se nos haga bola.
Y mucho menos quitamos la voz, más bien nos roban la nuestra.
Ser madrastra es un camino de fondo lleno de obstáculos.
A veces es más llano o otras es más tortuoso.
Sabemos que la formación de la familia enlazada puede tardar de 4 a 7 años, pero la madrastra está siempre en construcción, acompañando los cambios familiares.
Porque tenemos la certeza que cuando la madrastra se planta, la familia se transforma. Y que la pareja debe ser la prioridad, mientras que los hijastros/as la responsabilidad.
Somos lo que somos por nuestra pareja, sin ella no habría madrastridad.
Si estás en el laberinto de la madrastridad y no encuentras tu sitio, quiero que sepas que te entendemos. Hemos estado ahí. Y la mayoría de madrastras que están en Materia y han trabajado con nosotras, han pasado por ahí.
Por eso MATERIA es un espacio para ti, para CONECTARTE con mujeres que han estado o están VIVIENDO SITUACIONES COMO LA TUYA. Materia es un espacio para que te sientas aliviada, acompañada y respaldada.
Es nuestra tribu.

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La comunidad de madrastras donde nadie te dirá que "cuando empezaste ya sabías lo que había".
Celina
13 diciembre, 2022Convivo con mi esposo y sus 2 hijos (uno de ellos) eligió vivir con nosotros, por simple interés y falta de limites que su padre no aplica. La otra hija, viene semana por medio y se instala. Yo no esperaba esto desde que me casé hace 3 años pero es muy complicada la convivencia. Son muy desordenados y no tienen voluntad en realizar las tareas de la casa. Pienso que fueron criados por su madre con todo servido sin ningún tipo de responsabilidad y yo los padezco porque no puedo ejercer autoridad sobre ellos por ser la madrastra. Sufro en soledad y siento que daña al matrimonio no tener buen vínculo con ellos. A veces pienso que por algo no tengo hijos. Además de profesional, me ocupo de la casa y de ellos (cocinar, lavar su ropa), nunca fue valorada mi labor.