O eso nos dicen constantemente. «Criar no nos corresponde. No somos su madre. No somos una figura de autoridad. No somos.»
La crianza no es cosa de madrastras pese a convivir con nuestros hijastros gran parte de nuestra vida, ¿será verdad? ¿Tendrá relación la crianza con la autoridad?
La crianza la entendemos como el acto de cuidar, alimentar y ayudar a desarrollar a un ser vivo. En la crianza englobamos el desarrollo de la autoestima, la relación social, la comprensión y respeto por los límites, etc.
La educación engloba la puesta de límites, la transmisión de valores, las normas, consecuencias de nuestros actos, la responsabilidad, etc.
Lavamos ropa, preparamos comidas, compartimos tareas domésticas, espacio vital, hogar. ¿Acaso todo eso no forma parte de la crianza?
La crianza es:
- Acompañar en el desarrollo
- Ayudar a crecer
- Acompañar en el progreso de hitos madurativos
- Adquirir cortesía, urbanidad y buena educación
- Es proceso de cuidado del niño hasta que se hace adulto en el que se involucran aspectos sociales, emocionales y psicológicos
El afecto, el sentido común, las creencias, la socialización, etc. son aspectos que tendrán una gran influencia en la crianza. La familia clásica o nuclear no es la única válida para un buen desarrollo de los menores pero sí la existencia de adultos de referencia positivos que formen parte de la misma.
Madrastras e hijastros/as compartimos una cantidad de tiempo considerable en la vida de ambos, que marca la dinámica familiar cuando existe convivencia. Pese a no llevar la voz cantante en las normas básicas de convivencia en la mayoría de casos o en el cumplimiento de las mismas, el respeto por nuestra persona, nuestros límites personales y la participación en el funcionamiento de la familia enlazada forman parte de la crianza de los menores. Y esto requiere de cierta cooperación con nuestra pareja.
Ponernos de acuerdo con las normas para todos, participar en el diálogo familiar, acuerdos entre todas las partes y la cesión de la autoridad al progenitor para que gestione el cumplimiento de la norma y la consecución de las consecuencias de los actos de los menores son papel fundamental de una madrastra conviviente. No ostentar la autoridad no significa no tener un papel relevante en la dinámica familiar.
Las madrastras podemos convertirnos en modelos adultos de referencia para los hijastros/as al igual que sus progenitores.
La crianza nos atañe también a nosotras. De forma directa las que deciden contribuir de forma activa en el cuidado de los hijastros/as y de forma indirecta las que deciden quedar a un lado y su contribución se limita a estar en familia.
Encontrar un modelo que encaje con nuestros valores y nos haga sentir cómodas, que la forma de criar/educar de nuestra pareja tenga resonancia con la nuestra propia (incluso cuando no tenemos hijos) y darnos espacio para la decidir nuestro grado de implicación a lo largo de los años es fundamental para evitar el tan conocido síndrome del burnout de la madrastra o «terminar quemadas».
Qué hacer cuando los modelos de crianza entre casas no tienen relación alguna, si descubrimos que nuestra pareja no es le padre que creímos que era o nuestros deseos de implicarnos cambian con una reciente maternidad son algunos aspectos que hablaremos en El Foro el próximo 20 de Abril a las 19h con Cristina Flores, psicopedagoga experta en crianza respetuosa.
Analizaremos también que implica la crianza en una familia enlazada y la implicación de las madrastras en ella.
Y tú, madrastra, ¿Formas parte de la crianza de tus hijastros?
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anónimo
12 abril, 2021Yo creo que me involucro demasiado en la crianza y educación de mis hijastros y eso me está pasando factura mentalmente porque siento que cargo con todo el peso… incluso cuando están con su madre pues me vienen del colegio deberes sin hacer y mil cosas más. En fin… al final va a acabar con mi salud mental, puesto que sé que no son mis hijos y pienso que hago más que quien verdaderamente tendría que hacer.
Berta
22 septiembre, 2021A menudo, para ser «buenas madrastras» en realidad terminamos exigiéndonos demasiado, incluso más de lo que se exigen los papás o las mamás, por el simple hecho de que ell@s están más relajad@s con sus hij@s y no están bajo la lupa como nosotras.
Si tienes la sensación de que la crianza te está sobrecargando, seguro que tienes razón y estás haciendo de más, estás sobrepasando tus límites y eso siempre nos pasa factura tarde o temprano.
Si puedo sugerirte algo, empieza a dejar responsabilidades. Si te da miedo, empieza por dejar algo pequeño. Si te sientes muy sobrepasada, entonces haz caso a las señales de tu cuerpo y empieza a dejar aquellas cosas que te generen más desagrado. Y si el agobio es general, date el derecho a parar cada vez que los necesites y recétate tiempos para ti. Parecen las típicas «chorradas wellness», pero te aseguro que con la madrastridad, nuestra salud está en juego, y el autocuidado es fundamental.
Te mando un abrazo con cariño :)